La Mala Noche




Hay un tremendo valor en una película como La MALA NOCHE en este tiempo, pensando que, al menos en Quito, se ha venido experimentando un boom de la prostitución, relacionado con la situación de muchas mujeres inmigrantes.

Esta época en la que el internet es el principal medio de comunicación nos ha encontrado con un ambiente discursivo complejo, para poder abordar estas problemáticas.

El internet, en su afán por sostener una noción de libertad de expresión, es un ecosistema en el que existen mensajes confusos alrededor de las industrias del sexo.

La distribución gratuita de pornografía- invita a reflexionar una actriz retirada (Jessie Rogers)- sirve para promocionar servicios de prostitución- en un video en el que explica su desvinculación con esta industria.

La voz de Calvache ofrece de manera valiente, un contrapunto a este panorama moralmente atascado en las conversaciones sobre libertad de expresión versus necesidad de regulación, acorde con los requerimientos de una audiencia nacional, cada vez más exigente con la cinematografía local.

Es que tendemos a empantanarnos en las conversaciones sobre estas problemáticas, por la ausencia de sentidos morales transversales a los que asirnos, en medio de la mayor crisis del catolicismo.

Sin embargo, películas como La Mala Noche, destraban estas conversaciones, haciendo uso de recursos cinematográficos que permiten que la cinta sea entretenida y a la vez crítica.

Su personaje principal, Dana, interpretada magistralmente por Noëlle Schönwald, es una anti heroína genial, a la altura de las creadas por Stieg Larson en la saga de La Chica del Tatuaje del Dragón. Un personaje que ofrece una visión abierta del complejo conflicto bien situado en su biografía, gracias a la actuación verosímil y matizada lograda por la experimentada actriz colombiana.

Uno se queda deseando poder ver una extensión del rol de Dana, en otro capítulo de la historia escrita por Calvache: una precuela?

La música y la fotografía están afinadas correctamente para acompañar los giros dramáticos que hacen que cada escena aporte un pulso de tensión que se mantiene durante toda la película. Los ambientes sonoros creados para la cinta hacen que se ubique estéticamente, a la par de cualquier producción mainstream. Lo que facilita su entrada a la audiencia. En términos visuales, la paleta es consistente y acorde con el género del thriller.

Finalmente, vale la pena decir que tanto Julián, como la pequeña niña son interpretados de manera sólida y permiten que la historia se sostenga.

Esperemos que La Mala Noche inyecte ese necesarísimo flujo de vida, al cine de ficción ecuatoriano.

(4.5/5)

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