El misterio de la adicción a los cuatro por cuatro

ESC001 INT/DÍA (concesionario de vehículos)

Entré al local para preguntar por un modelo pequeño que se me ha metido en la cabeza. El vendedor, un tipo alto y de apellido noble se portó mejor que el guardia que se me acercó para preguntarme qué cosita venía a buscar con mi onda de hipster treintañero de pantaloneta de pana cortada y camiseta de Atari. Después de un breve comentario sobre la bajada de los precios de los autos y de los consiguientes cálculos de cuota inicial y plazos, terminé adquiriendo una cierta cordialidad con el no-tan-joven vendedor cuya cabeza estaba llena de canas. Así mientras me mostraba un sedán, que por esas extrañas matemáticas del marketing le volvían más barato que el supongo-que-es-para-chica hatchback del que yo preguntaba, vino este especialmente decidor pedazo de diálogo que resolvió uno de los misterios que tiene nuestra cultura quiteña contemporánea: la adicción por los SUVs que cada vez ocupan más espacio y que además son cada vez más difíciles de parquear.

Ajustando el asiento del conductor lo más cerca de volante.

VENDEDOR
Como el diseño de este auto es francés, es muy cómodo para que lo conduzca una persona pequeña. Claro, usted está dentro del promedio pero...

YO
Entiendo (me río de la situación) podría servir cuando lo conduzca mi novia.

Arrastrando el asiento lo más lejos del volante...

VENDEDOR
Y si se desplaza el asiento del conductor todo hacia atrás sirve también para que lo conduzca una persona alta

YO
Como mi hermano, que es el baterista de la banda y es de tu talla

Apretón de manos. El hombre del apellido noble me cayó mejor de lo que pensaba. Debe ser padre de familia. Me recuerda a mi amigo Tito. Entiendo como los hombres que se dedican a las ventas son medidos por su talla.

Lo que también entendí, y eso me da mucha alegría (es un misterio que tenía pendiente resolver) es que la gente se compra SUV porque supuestamente el tamaño de tu auto corresponde a tu talla. Entonces, así como desde tiempos inmemoriales en este pedazo de tierra la nobleza no es solo color sino altura, el cuatro por cuatro no es otra cosa que una protuberancia de esa patraña.