La Casa de las Flores (crítica)



La Casa de las Flores

(crítica)

Quería escribir un texto sobre La Casa de las Flores, una serie de Netflix, que es la primera que me he visto de cabo a rabo, por la calidad de su factura formal y discursiva.

Por ahí se me vaya un spoiler así que cuidado leyendo, si es que estás viendo la serie y todavía no te la has terminado o si quieres empezar y disfrutar de cada giro.

Esta mañana me puse a exponer de forma casi fanática mi apreciación por esta serie, con mi familia ya un poco cansada de mis análisis televisivos. Pero para que ustedes lo sepan, muchos de mis textos son producto de conversaciones, que gracias a Dios me permiten compartir mis ideas con más que avatares y personalidades virtuales, como las nuestras, aquí.

Voy a tratar de ser lo más conciso.

La Casa de las Flores es una serie que llega para sanar una herida, a nivel iberoamericano, con respecto a lo que se conoce como la telenovela.

Y lo logra, apuntando directamente al problema del melodrama televisivo iberoamericano (hay veces, en este texto que quiero colocar latinoamericano, pero la parte ibérica, en este caso, es muy importante):

Se centra en desarmar el machismo y las visiones conductistas de la sicología, que tanto daño nos han hecho como colectivo de naciones y pueblos.

Lo logra, a mi forma de ver, colocando a un personaje trans, María José, en el centro de esta narrativa, que aunque podría parecer excéntrica, con el pasar de los capítulos, se torna cada vez más familiar y cercana, lo que devela, el poder de su conceptualización.

Me refiero a que, partimos de un planteamiento en el que una familia, atraviesa una serie de giros melodramáticos, que no por pintorescos y grandilocuentes, dejan de tener resonancia en las problemáticas de muchas vidas, de personajes iberoamericanos.

Sé que es un poco difícil asimilar esto de hablar de personajes iberoamericanos en un texto como este, y lo que una y otra vez, me viene a la cabeza, son los discursos que parten de un sentido anticolonialista. Criterios que muchos de mis amigos artistas, académicos, o espectadores, tratan de convertir en un eje desde el cual juzgar la validez de una obra.

Así, que voy a atender este asunto para poder continuar con el texto.

El elemento Iberoamericano, que me parece trascendental, de La Casa de las Flores, en términos estilísticos, es que para poder hablar de la diversidad sexogenérica, hacen uso de lo que yo llamaría, el enfoque Almodóvar, a la multiplicidad del output de la sexualidad en la pantalla.

Mi punto es claro, creo que cinematográfica y televisivamente, Almodóvar, y en general el efecto de La Movida, en los años ochentas, representa una capacidad de abordar temas de diversidad sexual, que no encuentro ejecutados con tanta claridad en la tradición exclusivamente latinoamericana.

En palabras más simples. Creo que hay un machismo difícil de soltar, cuando se piensan historias como estas, desde un enfoque netamente latinoamericano, y que se ven tremendamente favorecidas, de saltarse la bronca anticolonialista, dándole valía a las manifestaciones de la cultura española contemporánea, que como en el cine de Almodovar, permiten hablar de la diversidad sexual.

Y creo que la clave, es que este enfoque, hace que algunos de los aspectos más trágicos del machismo, no conviertan a la obra en una exposición gris y deprimente, de la realidad.

De hecho, el melodrama, en ese sentido, permite alejarse de un realismo demasiado crudo, que se vanagloria de su sadismo, al mostrar, por ejemplo, casos desgarradores de violencia, relacionados con la intolerancia.

El melodrama, permite exagerar, tanto el pathos, como el logos y el ethos, creando un balance, que hace que la obra sea más equilibrada.

Cuántos párrafos me tomó esa digresión!

Volviendo a María José, uno de los personajes más importantes de la serie, coincide con lo que hemos estado viviendo en Ecuador en estos últimos días, con respecto al papelón que hicieron tanto Reinoso como Aráuz, al proponer una caricatura grotesca de unos personajes diversos sexualemente, a estas alturas del partido.

Porque María José es un personaje trans, escrito, interpretado y dirigido, para sostener una narrativa, con todos los matices, que pueden pasar por lo cómico, pero también por lo dramático.

De hecho, la serie hace un uso continuo de saltos, entre lo romántico, lo misterioso, lo cómico, lo social, para mantener la narrativa interesante y relevante.

Se pueden imaginar una serie seria sostenida con un personaje como los que crea Reinoso? Cuesta hacerlo, porque su mecánica es la del gag, entonces su trabajo argumental es pobrísimo.

El trabajo argumental de La Casa de las Flores, hace un paso por muchos de los escenarios relacionados con la diversidad sexual, y con la diversidad de formas de asimilar la sexualidad, desarticulando ese gran limitante que han tenido las telenovelas latinoamericanas, que ha sido tener que acoplarse a un esquema machista.

Ahora, para finalizar, este texto bastante achacoso, vale la pena señalar que el cine mexicano, de la época de oro, fue el escenario, de creación de ese personaje mítico, masculino, revolucionario y macho, que se ha convertido en un problema al momento de pintar la realidad contemporánea, en nuestras manifestaciones culturales audiovisuales. Quiero con esto decir, que desde esta perspectiva, el añadir una capacidad surgida de la movida española, para poder sobrepasar esa noción del macho latinoamericano, en el caso de esta serie, parece ser el camino acertado, para que podamos disfrutar de producciones con un elenco que represente la diversidad de formas en las que venimos equipados los seres humanos, en relación a nuestros afectos y a nuestras sexualidades.

Vean la Casa de las Flores, se van a topar con muchos escenarios de la vida contemporánea, incluyendo las empresas de network marketing.

Creo que la producción norteamericana, que ha sido la más influyente, se ha erigido como tal referente, porque lograron atar esas distintas formas de vida, que cada uno de los estados de los Estados Unidos, tiene, dentro de un marco más amplio de identidad, lo que ha enriquecido mucho su oferta audiovisual.

En nuestro caso, pensar el audiovisual como algo netamente nacional, puede resultar problemático, en tanto provincial, o desarticulado de una conexión regional, aún más allá de nuestro propio continente. Con España y todo.

Poder pensar iberoamericanamente, o al menos latinoamericanamente, se está volviendo cada vez más, en una necesidad de nuestras industrias culturales.

Fin.

Santiago Soto
10 de Junio de 2020

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