Tiempos de Ciencia y Magia (cap1. 1/10)

Algo pasa. La pócima esta teniendo un efecto adverso.

Pensó ZAVY.

En su pecho se sentía la presión. Estaba listo para lo que vendría?

En ese momento, su padre Frank, llegó a la quinta. Traía verduras, queso y papel de cocina.

Zavy sintió su proyecto desvanecerse, de su mente. Había que enfocarse.

Te estás jugando el pellejo- le dijo a su padre. Que venía cubierto de veneno, el cuerpo, y la ropa.

Debes bañarte- apresúrate.

Insistió su hijo.

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No se podía topar nada, sin después lavarse las manos. 

Con agua y jabón- decían las máquinas, que hablaban, por unas pantallas de cristal, que la gente presionaba con las manos. Las máquinas mismas estaban cubiertas de veneno.

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Ya habían empezado a aparecer los muertos, tirados en las calles. Pronto tendrían que incinerarlos. Zavy estaba leyendo las noticias, en una de esas máquinas, aplastando la pantalla de vidrio, con las manos, con recelo. Si se topaba la cara, el veneno podía ocupar su cuerpo. La gente que se envenenaba, dejaba de poder respirar. Tosía sangre. Moría asfixiada.

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Los días anteriores a la llegada de los extraterrestres- dijo su padre, tratando de entretener a su hijo.

Ya sabes que los extraterrestres no existen- le dijo Zavy a Frank, que se comía un plato de avena con frutas, preparado por su hijo, menos predilecto.

Déjame imaginar un poco- insistió el prestigioso mago- siguió improvisando una carta dirigida a un colega, que escribía en una de esas pantallas táctiles:

“Los días anteriores a la llegada de los extraterrestres, habían sido días muy complejos. El gremio de los magos había estado ocupado con todos los juicios que le metió el gobierno. No nos dejaban hacer nada. Prácticamente, la magia ya no se podía practicar a nivel privado. Solo dejaban practicar a los magos inscritos en el ministerio. Tú sabes, lo que tienen esos uniformes azules. Nos hacen parecer militares. Algo que nunca hemos sido. Los magos fuimos bendecidos con nuestra magia, para sanar, no para pelear. Lo que pasa es que el gobierno está muy interesado en vencer a la ciudad que está al otro lado de la Montaña Mágica. No sé cómo se les puede haber ocurrido una idea tan disparatada. Todo el mundo sabe que la magia de la ciudad detrás de la montaña, es mucho más fuerte que la de nuestro sindicato.”

“Lo peor de todo, es que esta guerra, la han venido organizando en secreto.”

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Zavy escuchaba a su padre toser, todas las noches. Le preocupaba pensar que se podría poner mal. También le preocupaba su propia salud. El veneno que se había disipado por la ciudad, era misterioso. Ni siquiera los magos habían podido dar con una cura. Lo máximo que podían hacer era tratar de detener su avance, un poco. 

El horizonte se ponía rojizo. 

Debe ser un mal augurio- pensó el muchacho.

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Santiago Gabriel Soto Gómez de la Torre

0i de AVRIL de 2o2o