Sobre la posibilidad de un ingreso universal

Esta es una forma en la que se me ocurre que se puede entender el incremento de las fricciones que se están apreciando alrededor del mundo y también en el Ecuador.

La Cultura está atravesando un proceso de cambio. Un cambio que afecta una forma de pensar la cultura que nació con las democracias liberales después de la Revolución Francesa. Este es un cambio en la idea cultural de occidente.

Ahí es cuando me resulta útil enfocarme en el micro universo ecuatoriano. En el Ecuador es muy palpable que la estructura social que quedó planteada después de la Independencia, que se basaba en la forma en la que se había administrado América desde Europa, ya no tiene sustento.

Esto genera una gran angustia y por momentos se busca regresar a esa imagen que podríamos denominar clásica de occidente moderno. La imagen de la Belle Époque. Sin embargo, los límites de la identidad de occidente en ese momento cenital del auge de las burguesías, se mestizó, en todo occidente, en todas las dimensiones y sentidos, se mezcló.

Es imposible pedirle a la gente que vuelva a un estado de sometimiento y de hambre. Hay que pensar que a los cavernícolas que quedaron atrapados por la Era Glacial en las cavernas del Norte de Europa, la angustia y el hambre produjeron cambios en su genética que son rastreables en todos los pueblos que descienden de esa migración temprana, aún en nuestros días.

Lo que se necesita ahora, son ideas nuevas, un nuevo paradigma.

Hay una idea que está circulando últimamente en estas redes y es el objetivo de implementar un ingreso universal a toda la población, independientemente de su oficio o lugar en la jerarquía social. Este es un mecanismo que busca liberar los capitales represados en los paraísos fiscales debido a la concentración de la riqueza que proviene de nuestra idea de la propiedad privada y el derecho a la herencia.

Este nivel de concentración de los capitales no es bueno para el capitalismo, nos está devolviendo a la época de las monarquías y esa es una imagen imposible desde nuestra cultura democrática.
En realidad el mayor límite que existe para que se pueda dar este paso necesario, es el límite que le estamos poniendo a nuestra capacidad de aceptar la humanidad del otro, de entender la humanidad del resto de nuestra especie, por fuera de nuestras familias, naciones, clanes o grupos.

El planeta también está enfermo debido a este problema cultural que tenemos trabado en medio de nuestra capacidad de generar acuerdos. Nos está llevando a la destrucción de nuestro capital más preciado: el planeta sobre el cual estamos parados. Tú y yo, sin importar cuánto dinero tengamos.



Santiago Soto
02/26/2017

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